La Misión de Dios trasciende nuestros límites
La Misión de Dios es el pilar fundamental de cualquier ministerio al que nos dediquemos. Es la misión de la Iglesia en el mundo no es solo una idea, sino una realidad en la que Dios confía plenamente. La Iglesia no fue creada, sino establecida para cumplir la Misión de Dios.
Israel inició su historia como pueblo con una misión otorgada por una fuerza superior, con el propósito de llevar bendiciones a todas las naciones.
La Misión Otorgada: Una Responsabilidad Divina
La encarnación de Dios en Cristo Jesús tuvo como objetivo bendecir a todas las personas, sin importar su origen. Aquellos que lo aceptan como su Salvador personal se convierten en miembros de su comunidad, es decir, de su Iglesia, cuya misión es difundir las Buenas Nuevas de Salvación.
Como miembros de esta comunidad, es importante que nos esforcemos por crecer y desarrollarnos como personas. No solo nos beneficiaremos nosotros mismos, sino que también podremos ser una bendición para los demás y brindarles ayuda.
El Cuerpo de Cristo Es La Misión De Dios: Un Organismo Vivo
Como miembros del cuerpo de Cristo, experimentamos un crecimiento significativo al ser parte de la Iglesia, un organismo vivo. Es fundamental mantener una conexión con los demás miembros a través de las articulaciones y tejido conectivo, que simboliza el amor que ha sido depositado en nosotros a través del Espíritu Santo.
El Propósito Colectivo: Unión para el Crecimiento
Es esencial que el trabajo del ministerio en nuestra Iglesia esté en sintonía con el propósito o misión para la cual Dios creó la Iglesia. Nuestro enfoque debe estar en el crecimiento colectivo en lugar del personal, ya que somos parte del cuerpo de Cristo.
Es esencial tener una comprensión clara del propósito por el cual hemos sido formados como comunidad de creyentes. Una adecuada nutrición espiritual, manteniendo una fuerte conexión con Jesucristo a través de la oración, nos capacita para cumplir con nuestro propósito dentro de la comunidad cristiana.
Priorizando la Misión: La Labor Misionera como Principal Prioridad
La labor misionera debe ser nuestra principal prioridad en todo momento. Difundir el mensaje de la Salvación se vuelve una tarea más llevadera cuando mantenemos enfoque y dedicación.
Conclusión:
Cumpliendo con la Misión Espiritual
Al mantenernos centrados en la Misión, cumplimos con nuestra misión espiritual como individuos y como comunidad de fe.